Aún estamos a tiempo

Editorial

El Colombiano, Medellín

Junio 7 de 2009

Aunque un poco tarde, el hombre empieza a reaccionar sobre el cuidado que desde hace muchos años debería haber tenido con el planeta que lo acoge y sobre las acciones urgentes que necesita hacer para frenar el deterioro de la tierra y evitar las graves consecuencias, algunas de las cuales ya estamos sufriendo, como las muertes por golpes de calor.

Se acaba de celebrar el Día Mundial del Medio Ambiente y una vez más las autoridades de Naciones Unidas y los colectivos ambientalistas les hicieron un llamado a los mandatarios de las potencias para que tomen medidas urgentes y viables para revertir la tendencia de contaminación e ir migrando nuestras economías y sociedades hacia el desarrollo sostenible.

El mundo espera con ansiedad la reunión de la ONU en Copenhague a finales de este año. Allí, países como Estados Unidos y China tendrán que tomar la decisión si aceptan los reiterados llamados sobre el compromiso en la reducción de emisiones, o si seguirán contrariando la tendencia universal como lo han hecho en los últimos años, al no acogerse al Protocolo de Kioto.

En nuestro país, poco a poco se empiezan a ver acciones que, aunque algo tímidas y aisladas, suman en la búsqueda de un planeta menos contaminado.

Medellín y otros municipios del Valle de Aburrá han puesto en marcha algunas estrategias en la línea de protección de los recursos naturales y de los derechos que los habitantes tenemos a ellos.

En nuestra ciudad se emprendió el pasado viernes una firmatón con la cual se busca concientizar a la gente común que en su cotidianidad se pueden tomar acciones para no malgastar los recursos naturales y así colaborar en el cuidado del medio ambiente. De igual forma, la Administración Municipal aseguró que les brindará a 10 mil hogares el programa Mínimo Vital de Agua, con el cual le garantizará mensualmente 2,5 metros cúbicos del preciado líquido sin costo alguno, en un programa pionero en el país.

El viernes, el Municipio de Envigado, dentro de su Pacto por la Naturaleza, lanzó el programa "Carbonocero", cuyo objetivo es que los 200 mil habitantes mitiguen y compensen las emisiones de CO2. Una de las acciones específicas del proyecto es la siembra de 1 millón 800 mil árboles, lo que incrementará la producción de oxígeno que ayudará a limpiar el aire del sur del Valle de Aburrá.

También hay lunares. Pasan los meses y pese a las promesas, Medellín sigue consumiendo un combustible sucio (especialmente el diésel), que al ser quemado en los vehículos, genera una alta contaminación, con graves consecuencias para la salud. Y se siguen talando árboles e invadiendo las montañas que rodean al Valle de Aburrá y descuidando los cauces de las quebradas.

El deterioro del ambiente dejó de ser un vaticinio de algunos fanáticos, para convertirse en uno de los mayores problemas que afrontamos hoy. Una actitud decidida por parte de las autoridades y de todos nosotros, irá cambiando esa tendencia y, a lo mejor, logre para las generaciones futuras un planeta más limpio y acogedor. Todavía hay tiempo, la tarea apenas empieza.