Por Edmundo López Gómez
Nuevo Siglo, Bogotá
Junio 5 de 2009
Los millones de colombianos que firmaron la solicitud de referendo para que este se aplicara a las elecciones del 2010 -porque bajo ese entendimiento se propuso públicamente y sobre esa base incluso la oposición fijó su criterio-, están indignados frente a las argucias de que se ha valido el honorable representante Varón, presidente de
Como abogadillo en apuros se agarró de un pretexto: la deficiente redacción que un asesor del Gobierno hizo del texto de un artículo, para montar una estrategia perturbadora del trámite de la iniciativa, sin percatarse que la enmienda que hizo el Senado del error y con lo cual se aclaró su contenido, se había hecho en desarrollo de sus atribuciones -propias de su competencia-, y que por tanto, obligaban al Presidente de
En otras palabras, debió separar sus funciones como Presidente de
Pero si le faltaren patas al gato,
Quienes consideraron exageradas mis anteriores opiniones sobre el episodio del Relator solicitado por
Interrumpir el proceso legislativo, con apertura de investigaciones penales derivadas del ejercicio de funciones constitucionales, como la de votar las leyes, resulta ser una monstruosidad jurídica en un régimen constitucional democrático como el nuestro.
Pero lo hizo
Por supuesto que el resultado de tales actuaciones tiene altos costes de opinión, que se devuelven como un bumerang contra la oposición porque, según las encuestas, el pueblo respalda con mayor entusiasmo al presidente Uribe ante la evidente manguala para entorpecer el referendo.
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