viernes, 12 de junio de 2009

Evidencia científica y prevención de la violencia

Por Piedad Patricia Restrepo*

El Colombiano, Medellín

Junio 12 de 2009

La definición de política pública requiere de evidencia científica, esta afirmación es el punto de partida de los estudios realizados por la Facultad Nacional de Salud Pública con su programa de Prevención de la Violencia y Otras Conductas de Riesgo, Previva, expuestos en la mesa de trabajo sobre convivencia y prevención de la violencia organizada por Medellín Cómo Vamos a principios de abril, la cual contó con la asistencia de 39 expertos. Los hallazgos del programa, después de cuatro años de investigación, muestran que la violencia obedece a múltiples causas y por tanto los programas para su reducción deben ser integrales.

Uno de los más importantes factores relacionados con la violencia es la figura de la madre y el padre, y en general las condiciones de convivencia dentro del hogar. Una madre vigilante y cercana o un padre comunicativo y afectuoso son vitales para prevenir la ocurrencia de fenómenos de violencia. Por el contrario, padres quienes utilizan el castigo físico como elemento de educación son un factor de riesgo y de reproducción de la violencia, ya que la persona que es criada en una familia violenta tiene más probabilidad de convertirse más adelante en un agresor. Otro importante factor es la convicción de que el progreso personal debe lograrse por medio de vías legales, el cual está directamente relacionado con el hecho de haber tenido padres vigilantes y cercanos en la niñez.

A su vez, la convicción de que el progreso personal se obtiene por vías legales se asocia positivamente con el cumplimiento efectivo de las aspiraciones. Acceder a la educación superior, y una vez graduado poder desempeñar la profesión en condiciones satisfactorias, es la segunda aspiración en importancia en el Área Metropolitana, detrás del desarrollo de la familia, pero la primera en insatisfacción; esta frustración está altamente correlacionada con la aprobación frente al uso de vías ilegales para el logro del desarrollo personal ansiado.

En síntesis, parte de la violencia en el Valle de Aburrá se circunscribe a formas de convivencia violentas dentro de las familias, reproducidas por generaciones, sumado a la limitada igualdad de oportunidades en la acumulación de capital humano para los adolescentes y jóvenes.

Cualquier política que intente mejorar la seguridad y la convivencia deberá tomar en cuenta dichos resultados. De hecho, muchas de las políticas actuales apuntan hacia estos factores; no obstante, y como afirma el director de Previva, dados los cuantiosos recursos invertidos es hora de evaluar el impacto de dichos programas.

* Coordinadora de Medellín Cómo Vamos.

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