viernes, 5 de junio de 2009

La subsistencia del páramo

Por Nancy Patricia Gutiérrez

El Tiempo, Bogotá

Junio 5 de 2009

Este es uno de los ecosistemas gravemente amenazados que requieren medidas urgentes para su conservación.

 

Los páramos de Colombia ocupan tan solo el 1,7 por ciento del territorio total, pero son capaces de proveer con agua al 70 por ciento de la población nacional; sus ecosistemas son tan particulares en sus características naturales, que este pequeño porcentaje representa cerca del 40 por ciento del total de páramos del planeta Tierra, compartidos con Perú, Ecuador, Venezuela y otros similares de Kenia, Etiopía, Indonesia y Papúa-Nueva Guinea.


La importancia y singularidad de estos ecosistemas se ven seriamente amenazadas por actividades directas, como la minería, el pastoreo y la agricultura, e indirectas, como la producción de gases efecto invernadero, que genera cambio climático y varía las condiciones de su biodiversidad.


Actualmente, tan solo el 14,6 por ciento de los complejos de páramos están declarados como Áreas Protegidas, con lo que garantizan planes de manejo ambiental, mientras que los demás no tienen previstos mecanismos para su conservación o regeneración. La inconsciencia que promueve la destrucción de los suelos paramunos y su vegetación por actividades económicas insostenibles está poniendo en grave peligro la disponibilidad del recurso hídrico de miles de personas, lo que iniciará un círculo vicioso, que afectará las fuentes de acueductos y los distritos de riego y amenazará la seguridad alimentaria del país, ya bastante golpeada por los fenómenos invernales y las sequías, que, junto con la deforestación, provocan inundaciones y deslizamientos que generan pérdidas humanas y económicas.


Con motivo de la celebración del Día Mundial del Medio Ambiente hoy 5 de junio, como campaña de concientización en todo el globo -cuyo lema es 'Unidos para combatir el cambio climático'- debemos propender, junto con el Ministerio del Ambiente y la Cancillería, al establecimiento de un frente común con los países andinos y ante la comunidad internacional, valiéndose de la oportunidad que ofrece el Congreso Mundial de Páramos y la 15a. Conferencia de la Convención sobre Cambio Climático, para lograr que se reconozca a los páramos como uno de los ecosistemas frágiles, que se verá gravemente afectado por el calentamiento global y que requiere medidas urgentes para su conservación y así prevenir su desaparición en los próximos 20 o 30 años, como se ha pronosticado.


La propuesta demanda un plan que incluya aportes a un fondo multilateral, orientado a financiar, tanto programas de investigación y monitoreo de largo plazo, como proyectos aplicables inmediatamente, que no esperen a la obtención de resultados científicos mientras se deterioran aceleradamente los páramos. 
Estos fondos deben permitir incentivos para ofrecer sustitutos económicos a los más pobres que dependen de la minería, el cultivo o el pastoreo, y la imposición de mecanismos para los grandes propietarios, a fin de que se logre controlar el usufructo irracional de los suelos, que acaba con las zonas naturales y contribuye a la mala redistribución del ingreso.


Los países industrializados deben entender que, más allá de la necesidad de controlar la emisión de gases, es necesario invertir en los servicios ambientales de ecosistemas no intervenidos que, como los glaciares y los páramos, al hacer parte de un engranaje global, protegen la vida y la subsistencia de la Tierra.



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