Editorial
El Mundo, Medellín
Junio 5 de 2009
Sobre lo primero, habrá qué esperar su propio balance sobre sus encuentros con el rey Abdullah, de Arabia Saudita, el miércoles, y el que sostuvo ayer con el presidente egipcio Hosni Mubarak, concentrados esencialmente en el tema del conflicto de Medio Oriente; y los que sostendrá hoy con
Haciendo gala desde un principio de su habilidad dialéctica, introdujo su discurso, que llamó “Un Nuevo Comienzo”, con un cotejo entre las universidades anfitrionas: “Durante más de mil años, Al-Azhar ha sido un modelo de enseñanza islámica y durante más de un siglo,
De ahí en adelante, todo el esfuerzo dialéctico del presidente Obama – matizado, como ya es propio de su estilo, con oportunas citas del Corán y
Tras su amplio y convincente exordio, el presidente Obama entró de lleno en su tesis de que “Estados Unidos no está y nunca estará en guerra contra el Islam”, pero “les haremos frente sin descanso a los extremistas violentos que representan una grave amenaza para nuestra seguridad... Y es mi deber principal como Presidente proteger al pueblo estadounidense”. Como ya lo anotamos con ocasión de su discurso de posesión, en el que pronunció en El Cairo también se conjugó el carisma del pastor religioso con la seguridad y la contundencia de quien se sabe líder de la mayor potencia mundial y, en consecuencia, no tiene diferencias de fondo con sus antecesores en el tratamiento de los problemas y sus soluciones.
De ahí su tácito reconocimiento al presidente Bush cuando dijo que “hace más de siete años, Estados Unidos tenía amplio apoyo internacional cuando fue en pos de Al Qaida y el Talibán. Ir allá no fue una opción; fue una necesidad. Al Qaida asesinó sin misericordia a más de 3.000 personas el 11 de septiembre, se adjudicó responsabilidad por el ataque y aún ahora sigue declarando repetidamente su determinación de asesinar a gran escala... Éstas no son opiniones para debatir, son hechos que debemos afrontar”. Enseguida advirtió: “Y que quede claro: no queremos mantener a nuestras tropas en Afganistán... De muy buena gana enviaríamos de regreso a casa a todas nuestras tropas si tuviéramos la certeza de que no hay extremistas violentos en Afganistán y Pakistán decididos a asesinar a todos los estadounidenses que puedan. Pero esa aún no es la situación”.
Son bien conocidas sus diferencias con la administración anterior con respecto a Irak, pero reconoció que “a fin de cuentas, el pueblo iraquí está mejor sin la tiranía de Sadam Hussein”, haciendo la reserva –tan fácil a posteriori– de que “los acontecimientos en Irak han recordado a los EEUU que es necesario usar la diplomacia y promover consenso a nivel internacional para resolver nuestros problemas cuando sea posible”. No obstante, reafirmó que sus tropas estarán allí hasta que el gobierno, democráticamente elegido, esté en capacidad de garantizar “un Irak seguro y unido”.
Ya habrá tiempo de referirnos a lo que dijo el presidente Obama en El Cairo sobre la otra gran fuente de tensión con el mundo musulmán, específicamente con Irán por su pretensión de convertirse en potencia nuclear. Por lo pronto, sólo cabe desearle mucho éxito al final de su periplo por Medio Oriente y Europa.
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