Por Sergio Rangel Consuegra
Vanguardia Liberal, Bucaramanga
Junio 14 de 2009
Vivimos en Colombia momentos desconcertantes. Me refiero a la justicia. Magistrados investigados por UIAF, por transacciones económicas dudosas.
En Colombia es así. Aquí existen tutelas, contra tutelas. Fallos de
Ahora bien, algo paradójico, la credibilidad en la justicia parece renacer cuando se ven fallos de
”Esta explosión de obsequios y regalos, así nada concreto se pida por ellos, debe merecer reproche y sanción … los regalos ciegan los ojos de los sabios y se hacen en perjuicio de los justos” Se refieren aquí a viajes, carteras para las señoras, zapatos italianos, y por supuesto tediosas horas en los despachos endulzadas con relojes Rolex y Locman. Y vuelven las tinieblas. ¿Cuándo? Cuando se conocen las actuaciones del Magistrado Iván Velásquez.
En una columna de María Isabel Rueda en El Tiempo, hace caer ella en cuenta que el señor Velásquez es magistrado inamovible en el repartote los procesos.
Desde hace tres años es la persona que se adueñó de los procesos de la parapolítica, dice ella,”..los reparte entre sus colegas, se los quita a dedo para impedir que precluyan cuando no hay pruebas.
Al senador Carlos García lo tienen en
Quizás se trate de un abrebocas a las futuras sentencias, en donde se aplique de antemano, falseando la teoría del profesor Becaria, de que mientras está detenido precautelativamente el reo, su detención, su juicio y su pena, debe ser no solamente aflictiva sino ejemplarizante.
Puede ser una justicia posmoderna, la deconstrucción de la justicia a base de acomodamientos y de verdad falsificada, nos cayó un virus disolvente. Apaguemos las luces y vámonos.
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