viernes, 7 de agosto de 2009

7 de agosto día del Ejército Nacional, 190 años de gloria

Teniente Coronel Javier Hernan Gamboa Florez

La Patria, Manizales

Agosto 7 de 2009


Ese día, después de una agotadora pero representativa gesta libertadora, el grupo de fuertes y constantes criollos sellaron la libertad y además de consolidar una república, dieron origen al Ejército Nacional de Colombia.

190 años han pasado, desde aquella memorable gesta libertadora protagonizada por el Ejército de los puros criollos, donde en una lucha cuerpo a cuerpo fueron derrotados los españoles en el pantano de Vargas.

Pocos recuerdan que la Campaña Libertadora tuvo una duración real de 77 días. Se comenzó a gestar desde el 23 de mayo de 1819, cuando el Libertador Simón Bolívar expuso su Plan en la aldea de los Setenta ante los Jefes del Ejército Patriota, siguiendo un trayecto militar desde los Llanos de Casanare, la cordillera de los Andes y las tierras de Tunja. El Plan culminó en el Puente de Boyacá aquel memorable 7 de agosto.

La Batalla de Boyacá se convirtió en el inicio de la independencia del norte de Suramérica, y se considera de suma importancia pues llevó a los triunfos de las Batallas de Carabobo en Venezuela, Pichincha en Ecuador y Junín Ayacucho en el Perú y Bolivia.

Esa batalla tenía un ingrediente bastante singular, ya que cada Ejército tenía un objetivo diferente: El Realista (español) tenía como misión tomarse Santa Fe de Bogotá y el Libertador deseaba impedir a toda costa esta maniobra.

Los puros criollos tenían un batallón de 2.850 combatientes entre criollos, mulatos, mestizos, zambos, indígenas y negros. Al mando estaba el general Simón Bolívar; la vanguardia, era dirigida por Francisco de Paula Santander y la retaguardia, por el general José Antonio Anzoátegui.

Por su parte, el Ejército Realista -que pertenecía a la tercera división del Ejército Expedicionario de la Reconquista- lo conformaban 2.670 soldados, de los cuales 2.300 eran de infantería, 350 de caballería y 20 de artillería. Su Comandante General era el coronel José María Barreiro; el Jefe del Estado Mayor, el Coronel Sebastián Díaz y lo comandaba el Coronel Francisco Jiménez.

Para el Libertador, Simón Bolívar, no fue un impedimento su fuerte rival y aprovechó las oportunidades de su estadía en Tunja para vigilar los pasos del enemigo. Fue entonces cuando los patriotas treparon por matorrales y se presentaron de improvisto al Ejército de Barreiro en el puente de Boyacá.

A pesar de que la acción militar era intensa en los dos bandos, las Fuerzas Patriotas tenían unidad y facilidad en las comunicaciones, mientras que los Realistas estaban incomunicadas y separadas por el Teatino y la vanguardia patriota.

Mientras la tropa del Casanare al mando de José María Ruiz pudo ubicarse a las espaldas de la vanguardia realista, el general Santander lanzó sobre el puente a los batallones Cazadores y Primeros de Línea al mando de los coroneles Joaquín París y Antonio Obando. A esta altura la batalla estaba completamente a favor de los patriotas y, aunque Barrientos trató de recuperarse, no le quedó otro camino que rendirse, dando por terminado el histórico momento a las 4 de la tarde.

Al final, el coronel Barreiro no pudo lograr parar la rapidez con la que las tropas Patriotas los rodearon como “anillo de fuego”. No tuvo más remedio que rendirse ante el Ejército Patriota, con su comandante Santander, ‘Héroe de Boyacá’.

La mala suerte del general español José María Barreiro en tierras americanas quedó sellada esa misma noche cuando un muchacho de tan sólo 12 años, Pedro Pascasio Martínez, lo hizo prisionero después de negarse a recibir un soborno por parte del europeo. El muchacho fue ascendido por el Libertador con el cargo de teniente.

Aquel 7 de agosto murieron más de 100 realistas, 13 soldados patriotas y 53 resultaron heridos. Barreiro, junto a los principales Jefes Realistas y 1.600 soldados, fueron hechos prisioneros.

Ese día, después de una agotadora pero representativa gesta libertadora, el grupo de fuertes y constantes criollos sellaron la libertad y además de consolidar una república, dieron origen al Ejército Nacional de Colombia. Por eso hoy, después de 190 años, seguimos celebrando este hecho, que permitió el nacimiento de la institución más grande del país, que día a día lucha por garantizar la seguridad y la paz de todo el territorio, así como la de velar por el respeto de los derechos humanos de todos nuestros compatriotas.

Ejército Nacional de Colombia, patria, honor y lealtad.

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