Fernando Londoño Hoyos
Agosto 4 de 2009
Esperamos no salir descomedidos cuando decimos que el olfato, el tino y el conocimiento en las relaciones internacionales no son las virtudes más sobresalientes de nuestro gran presidente Uribe Vélez. Pero el campeonato de sus desvíos en la materia lo tuvo cuando en uno de esos arranques de su corazón generoso decidió embarcar a Colombia en el sainete de Unasur. Porque no mucho más que eso resulta siendo tal asociación de resentimientos, suma de complejos de inferioridad, revoltijo de ideas anquilosadas y sentimientos perversos que se expresan en esa desorganización internacional.
Colombia pagó con ríos de sangre el nacimiento de
En su momento manifestamos nuestra sorpresa por una decisión tan desaconsejada. El único consuelo que nos quedaba era esperar que esa especie de aquelarre comunistoide nunca funcionaría a derechas. Como en efecto ha ocurrido. Solo que cuando resulta conveniente para agredir a Colombia, se saca el garrote de la manga y se reúnen todos los miembros de esa fantasmal institución, con el único propósito de ofenderla.
Tenemos el más pleno derecho a defendernos del terrorismo y del narcotráfico que lo auspicia y financia. Tenemos el más perfecto derecho a impedir que aviones piratas invadan los cielos del país trayendo armas y dinero para las Farc. Tenemos el más perfecto derecho a interceptar las lanchas y los buques que repletos de cocaína salen de nuestras costas para buscar los mercados donde se vuelve dinero para corrompernos, armas y municiones para asesinarnos. Que lo hagamos con los Estados Unidos, nuestro socio obligado en esta empresa, molesta al señor Lula, a la señora Bachelet, y por supuesto a Chávez, Correa y Morales, protectores y amigos de todos esos bandidos. Y quieren expresar esa molestia, grosera intervención en nuestros asuntos internos, y tratar de impedir que nos defendamos y destruyamos esa plaga. Y para eso, claro, citan a los Ministros de Defensa de Unasur. Para ofendernos, para sitiarnos, para amenazarnos.
Pues que se vayan al diablo con sus quejas y sus advertencias. Colombia hace lo que le parezca, amparada en su soberanía, la que tiene como pueblo libre, independiente, democrático, para volver pedazos el terrorismo e impedir el tráfico de la droga maldita. Sin pedirle permiso a los mamertos del Foro de Sao Paulo, aquel simposio de partidos comunistas que
La buena noticia es que el Presidente y el Canciller de Colombia no asistirán a esa asamblea de enemigos gratuitos. La mala es que el reclinatorio no se archiva del todo, y enviará, al parecer, a un funcionario de menor nivel para que soporte la andanada y legitime con su presencia esa conspiración.
Otra vez habremos de decirlo. Bienvenidos los aviones norteamericanos a nuestras bases. Bienvenida su tecnología fabulosa. Bienvenido su proyecto para erradicar de nuestro suelo ese negocio detestable. Bienvenida esa cooperación entre países víctimas del narcotráfico, que debiera ser más amplia, más sincera, más contundente. Y a los que no guste que pongamos contra la pared a las Farc, el principal cartel de drogas de América, y a Cuchillo y al Loco Barrera, y a
No hay comentarios:
Publicar un comentario