Por Alejo Vargas Velásquez
El Colombiano, Medellín
Agosto 5 de 2009
Los estudios comparados deben hacerse con cuidado porque con frecuencia tienden a maximizarse algunas similitudes, pero al mismo tiempo a minimizarse las diferencias. Estas reflexiones son pertinentes a propósito de un Coloquio internacional sobre " la colombianización de México o la mexicanización de Colombia ", organizado por la Universidad Veracruzana y el Colegio de Veracruz en Xalapa -México- y al cual tuve la oportunidad de asistir con colegas de Estados Unidos, Colombia y varias universidades mexicanas. Veamos una síntesis.
En primer lugar se trata de dos tipos de regímenes políticos diferentes; Colombia tiene un régimen político centralista -con algunas modalidades de descentralización- lo cual explica que para la seguridad interna disponga de una Policía de carácter nacional. México, por el contrario, es un régimen político federal, que para su seguridad interior cuenta con más de dos mil policías municipales, además de las policías federales, lo cual parece ser una dificultad para coordinar políticas contra el delito.
En relación con el problema del narcotráfico las diferencias son igualmente claras. Colombia es un país con una importante participación en el volumen de cultivos de uso ilícito que están en la base de la producción de la cocaína y en menor medida de heroína y marihuana; igualmente ha sido un lugar de procesamiento de la cocaína. Por lo tanto el Plan Colombia en lo relativo al narcotráfico -porque a nuestro juicio su principal contribución fue propiciar la reingeniería y modernización de la Fuerza Pública colombiana-, su objetivo fue la erradicación forzosa en primer lugar -en lo cual los resultados han sido bastante pobres- y en segundo lugar una erradicación concertada con los productores; igualmente las políticas de interdicción. México, por el contrario, ha sido desde los 80 por lo menos, una de las vías de tránsito de las drogas ilícitas hacia el gran mercado consumidor norteamericano y sólo en una escala muy menor productor de marihuana y heroína. Por ello la Iniciativa Mérida está concentrada más en las tareas de interdicción, especialmente por el Océano Pacífico que ha sido la vía más descuidada por cuanto el Caribe ha tenido una mayor presencia de diferentes tipos de autoridades.
Entonces, si bien el Plan Colombia y la Iniciativa Mérida se parecen en que están orientados en la lucha contra el narcotráfico y el apoyo económico norteamericano a los mismos, se diferencian en sus estrategias y sus destinatarios específicos. Un colega norteamericano los caracterizó como 'medios hermanos'.
Algo que comienza a ser de gran preocupación en el caso mexicano es el incremento de la violencia por parte de los distintos carteles de narcotraficantes -se habla de siete grandes carteles-, en localidades como Ciudad Juárez -límite con El Paso- el nivel de muertes violentas, además de los feminicidios, es verdaderamente alarmante; otro delito de gran impacto que se ha disparado en México es el secuestro. Pero adicionalmente se acude a métodos que buscan aterrorizar a la sociedad para amedrentarla, como el asesinato la semana anterior de un comandante de Policía junto con su mujer y sus hijos en el puerto de Veracruz. En otros lugares de la nación mexicana el tema tiene expresiones diferenciales como en los casos del Distrito Federal o el Estado de Veracruz con una situación más controlada. Esta violencia ya la vivimos los colombianos a finales de los ochenta cuando el Cartel de Medellín desató su ofensiva narcoterrorista contra la sociedad y el Estado colombianos. Ahí tienen un gran riesgo los mexicanos.
Afortunadamente los mexicanos no tienen un conflicto interno armado como el colombiano que complejiza mucho más un tema que ya de por sí es suficientemente enredado.
Coda : ¿Tendrá el Presidente Rafael Correa la gallardía de declinar la presidencia de la Unasur, porque su conflicto con Colombia no lo habilita para actuar imparcialmente en dicho organismo subregional?
* Profesor Universidad Nacional
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