Por Rafael Gómez Martínez
El Nuevo Siglo, Bogotá
Agosto 5 de 2009
Los ideólogos de la revolución bolivariana del siglo XXI son tan torpes que no se dan cuenta de este pequeño detalle: en Caracas la situación es crítica. La gente ya no come cuento porque, además, ya no tiene qué comer. En las estanterías de los almacenes de cadena escasean los víveres.
La Revolución Francesa se dio por falta de pan. No tendría nada de raro que en estos días se produjera una revuelta en Caracas por falta de alimentos. Pero los ideólogos de la revolución bolivariana la venderán como un “complot”, como dicen en Cuba, del imperio.
El mejor discurso que yo le escuché al presidente Uribe fue en un Consejo Comunal en Córdoba, en la antesala a la anterior crisis con Venezuela. Que no es con el pueblo venezolano, sino con Chávez. Uribe mencionó palabras más, palabras menos, que los colombianos podremos tener enormes dificultades pero somos un pueblo digno.
No podemos ser débiles en estos momentos porque el diálogo lo utiliza la izquierda estilo Chávez para ganar tiempo. Para desgastar al enemigo. No debemos caer en esa tentación porque la debilidad termina pasando su cuenta de cobro.
Recuerdo cuando Reyes comentaba que “yo, no tengo afán”. Durante los diálogos del Caguán se utilizó esta estrategia heredada de los soviéticos de la post segunda Guerra Mundial, consistente en que solamente vale lo que yo digo y el principal objetivo de esta reunión es que todo lo tuyo es negociable pero lo mío no. Los sindicatos colombianos todavía utilizan esta estrategia de negociación. Por eso fracasan las mesas de concertación salarial.
Si nos sentamos de nuevo entraremos en el círculo vicioso y no podemos darnos el lujo del diálogo por dialogar. Aquí entre nos: me temo que Obama fracasará en su política de disuasión por lo mismo que fracasó la política de apaciguamiento. Los candidatos presidenciales deben tener en cuenta este factor.
Cuando Chamberlain regresó a Londres, confiado después de dialogar con Hitler, éste le prometió que no utilizaría su fuerza. Chamberlain no alcanzó a bajarse del avión cuando Hitler invadió a Polonia, Austria y demás.
Colombia es un país que ha sufrido y sufre mucho por Farc, paras, narcotráfico y demás. La primera condición que yo le pondría a Chávez para sentarnos a dialogar de nuevo sería: “entonces qué Hugo: nos vas a ayudar con este temita; sí o no”.
Puntilla. Lo que necesitamos es que nos ayuden a terminar con este flagelo. No que lo alimenten. No debemos caer en la tentación del diálogo por dialogar. Remember Chamberlain o el Caguán.
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