Por Eduardo Pizarro Leongómez
El Tiempo, Bogotá
Agosto 10 de 2009
El acuerdo para la presencia de tropas USA en siete bases militares de Colombia ha generado todo tipo de reacciones, tanto a nivel nacional como internacional. Más allá de la conveniencia o inconveniencia de su presencia en nuestro país, debo confesar que me han causado asombro muchos argumentos confusos y falaces, que se han expresado a lo largo de este debate.
Primero, me impresiona que para muchos críticos, mientras que las tropas USA se hallaban en la base de Manta en Ecuador no constituían una amenaza para la región. Como, en efecto, no lo fueron. Pero, una vez estas mismas tropas se trasladan para Colombia, se convierten de la noche a la mañana en una amenaza regional. No me explico la razón por la cual no protestaron cuando se hallaban en Ecuador y ahora, a pesar de que cumplirán idénticas funciones (enfrentar el tráfico de drogas y el terrorismo), son objeto de rechazo frontal.
En segundo término, no entiendo por qué la presencia de tropas norteamericanas no era amenazante cuando nos hallábamos bajo el mandato de George W. Bush en
En efecto, todo el mundo ha celebrado la llegada de Barack Obama a
En tercer término, me molestaron las palabras del canciller de Brasil. El señor Celso Amorim considera que el descubrimiento de los misiles suecos constituye "un episodio de tamaño pequeñito en comparación con las bases". Es probable que para Amorim el asesinato de colombianos con armas provenientes del Ejército venezolano sea despreciable. No se trata de sangre brasileña. Pero, para los colombianos, una gota de sangre, un solo colombiano asesinado, no es un "episodio de tamaño pequeñito". Si Brasil -un país que amamos y admiramos- quiere jugar un papel de potencia media en el mundo, es decir, un rol político correspondiente a su tamaño y a su poder económico, debe probar que está dispuesto a actuar con responsabilidad y mesura. De lo contrario, es preferible que quede en su papel actual.
En cuarto término, muchos críticos exigen que Colombia explique el sentido de la presencia de tropas USA en bases colombianas en la reunión de
Es importante, sin duda, que el gobierno colombiano deje claras al menos tres cuestiones esenciales en torno a este espinoso tema: primero, que no se trata de bases estadounidenses, sino de bases militares colombianas dirigidas por oficiales colombianos; segundo, que sus funciones se limitan al combate contra el narcotráfico y el terrorismo; tercero y, por lo tanto, que no constituyen una amenaza para la región.
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