Por José Manuel Acevedo M.
Vanguardia Liberal,
Junio 15 de 2009
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Es la misma lógica que podría predicarse en el caso del Palacio de Justicia: si al Coronel Plazas lo condenan como seguramente ocurrirá, la amnistía para líderes del M-19 como Gustavo Petro o Antonio Navarro debería por lo menos revisarse. ¿Es lo justo no?
Jamás entenderemos las nuevas generaciones por qué a esos líderes guerrilleros nunca les exigieron justicia, paz y reparación y en cambio les terminaron dando jugosos subsidios para lograr su reintegración.
Pero volvamos al presente e insistamos en que la justicia colombiana que tanto clama por igualdad tendrá que medir con la misma regla a unos y otros o justificar con argumentos muy poderosos una distinción que por ahora no se entiende.
Para comenzar, la diferencia en los tiempos con que se tramitan los procesos en cada caso, no tiene sentido y los honorables magistrados no han podido explicarnos por qué tanto acelere con la para-política y semejante lentitud en lo que atañe a los nexos de políticos con las Farc. Tampoco nos han podido decir por qué el computador de ‘Jorge
Ahora le achacan al Procurador Ordóñez que se ensañó con sus opositores o que le está haciendo mandados al Gobierno. Ignora, la mayoría de opinión pública, que fue su antecesor Edgardo Maya quien inició esas investigaciones y que, como en el caso de
Si
El enfrentamiento entre el poder Judicial y el Ejecutivo nos ha hecho mucho daño, pero mientras la justicia opere como bastión de la oposición, su legitimidad seguirá por el suelo y sus decisiones continuarán siendo sospechosas y endebles.
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