El Colombiano, Medellín
Junio 4 de 2009
La discusión no es si detrás de la evolución de las ciudades está el regionalismo a ultranza de políticos aviesos. Esto, en mi opinión, es una muestra de provincianismo de la más fina estirpe.
Hay que pensar que, por ejemplo, ciertas ciudades y departamento serán económicamente inviables en el futuro y, seguramente, buena parte de las ciudades intermedias reducirán aún más su importancia estratégica. Ciudades como Quibdó, Popayán o Neiva estarán condenadas a pasar desapercibidas en el plano económico y político. Son ciudades cuyas gentes verán que es mejor mudarse a Bogotá o Medellín, a entornos más competitivos pero con más oportunidades de desarrollo.
Pero ¿qué hay detrás de estas proyecciones desesperanzadoras? Hay ciudades que son exitosas y otras que no, eso es un hecho, y esto es gracias a la innovación, al continuo progreso técnico, al multiculturalismo y al exigente y competitivo ambiente educativo y laboral.
Las ciudades son importantes en la medida en que la gente gane conocimiento solo por el hecho de juntarse con gente más lista, inteligente, recorrida y productiva. De no ser así, ¿por qué entonces no nos mudamos a Quibdó, Ibagué o Popayán, para buscar trabajo y pagar un alquiler y comida mucho más baratos? o ¿por qué las grandes empresas se instalan en Bogotá o en Medellín si en otros sitios pueden pagar unos salarios drásticamente más bajos? Según el economista Ed Glaeser, las industrias y los servicios (incluida la educación) prosperan en un entorno de ciudades diversificadas y son éstas las llamadas a crecer y desarrollarse.
Más aún, las ciudades exitosas e innovadoras representan, de acuerdo al economista Tim Hardford, "una especie de universidad de la vida" donde juntarse con gente exitosa (empresarios, políticos, intelectuales, artistas, etc.) incrementa y mejora las redes sociales, las cuales producen resultados verdaderamente asombrosos en materia de contactos, posibilidades de estudio o empleos, ideas y desarrollo socioeconómico.
Según este simplificado pero objetivo argumento, son y serán las ciudades "grandes" las oferentes de las mejores oportunidades. En consecuencia, Bogotá y Medellín son las ciudades colombianas que históricamente han sido las más exitosas e innovadoras y son lo que son, no gracias al pasajero efecto Uribe o a la ley de descentralización mal aplicada, es un asunto de desarrollo intelectual, artístico, industrial y político, e incluso, quién lo creyera, es un asunto de racionalidad e incentivos económicos.
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