Por Alfonso Monsave Solórzano
El Mundo, Medellín
Junio 14 de 2009
La importancia de la formación de doctores es que son gente cuya actividad es la investigación científica, sin la cual no hay investigación científica y tecnológica propias, ni innovación de base tecnológica, necesarias para introducir al país en la economía del conocimiento y reducir la dependencia.
La noticia es buena, sin ser la mejor, porque lo ideal era formar al menos 5.000 nuevos doctores en cinco años, más si se tiene en cuenta que la edad promedio de los doctores existentes pasa de los 45 años, pero debe entenderse que los recursos son escasos y que en un país afectado por la crisis económica mundial, comenzar el esfuerzo de formación doctoral, es valioso. No obstante, en un escenario económico distinto, esa cifra y ese esfuerzo deberían modificarse al alza, si queremos siquiera acercarnos a índices de formación de países latinoamericanos con los que competimos. Compárese el 1.8 doctores graduados por millón de habitantes al año en Colombia, frente a 50 del Brasil, 18 de México y 15 de Chile.
Si tuviéramos la tasa de Chile, en el supuesto de que Colombia tuviese 45 millones de habitantes, deberíamos graduar hoy anualmente (en el país y en el exterior) 810 doctores. Esta cifra muestra la insuficiencia de la meta de Colciencias, que aspira a iniciar 500 estudiantes al año (de los cuales no todos se graduarán y los que lo hagan podrán gastarse, muchos de ellos, más de cuatro años).
Por supuesto, no todos los estudiantes de doctorado harán sus estudios en Colombia, pero presumo que al menos la mitad deberían hacerlo, por los costos que estos estudios tienen. Los doctorados se sustentan en los grupos de investigación. En Colombia hay unos 80 programas de doctorado, que apenas gradúan 90 estudiantes al año, es decir, 1.12 programa. Grave. Gravísimo.
Pero, además, ¿cuál es el soporte investigativo de dichos programas? De los más de 3.460 grupos que se presentaron a la convocatoria de Clasificación de Colciencias, según un primer análisis hecho por el investigador John Freddy Duitama, 135 son de excelencia, A1, en la nomenclatura de esa entidad, de los cuales
Hay un segundo segmento, mucho más atrás. Las universidades del Valle y Andes que tienen cada una 7 grupos, y el Rosario 6 propios y 1 compartido. Luego
El escalafón de Colciencias también clasifica a los grupos A. De esos,
Una consideración y unas conclusiones. La consideración es que sólo debe haber programas de doctorado que estén soportados en grupos A1 y A, para garantizar la calidad de la información y evitar la proliferación de universidades con programas de doctorado de ‘garaje’. Esto no significa que un doctorado no pueda tener vinculados otros grupos, sino que debe tener siempre grupos A1 y A.
Conclusiones: universidades que hacen investigación de excelencia a gran escala, sólo hay dos en Colombia.
Las Universidades de segundo bloque de grupos A1, deben también ser tenidas en cuenta para comenzar a delinear una política de universidades con investigación. Aquellas que tienen grupos A pero no A1 deberían esforzarse en tener grupos A1 para incluirlas en este grupo.
Tener un grupo de universidades de investigación y con investigación permite asignar mejor los recursos de investigación y definir la vocación de las universidades (si son investigativas o profesionalizantes), de manera que no se dilapiden los recursos en I+D+i, escasos, que el país posee en este campo, y posibilitar el desarrollo de excelentes universidades profesionalizantes.
1 comentario:
Apreciado Dr. Monsalve
He leido su columna y en alguna medida comparto sus ideas. Sin embargo, aunque COLCIENCIAS se esforzó por hacer una medición más racional de la capacidad científica de los grupos de investigación en Colombia, mucho dista de lo que ya está inventado en bibliometría para evaluar los investigadores y sus trabajos en el ambito mundial.
Empresas como SCOPUS con la ayuda de SCIMAGO o la ISI thomson saben de esos menesteres y tienen claramente establecidas las pautas para conocer la calidad de las investigaciones que se hacen en el país.
Por ejemplo, una gran mayoría de grupos de investigación catalogados como grupos A1 y A en el sistema de COLCIENCIAS durante esta convocatoria, no han podido publicar en revistas indexadas por estas instituciones.
En fechas recientes estuvo el director de Scimago en Colombia reunido con los rectores de las universidades acreditadas del país y con el minesterio de educación nacional. En esa reunión se habló de la visibilidad internacional de las publicaciones científicas producidas por los grupos de investigación de las universidades acreditadas del país y del factor de impacto (IF) de las mismas a nivel mundial.
Lo más triste por ejemplo fue observar como la Universidad Nacional de Colombia y la Universidad de Antioquia com más de 1000 publicaciones cada una lograron obtner un discreto IF de 0,68 y 0,73 cada una, frente a los modestos resultados de las universidades de provincia como la U de caldas en las que con solo 79 publicaciones mostró un IF de 0,69.
Que indica entonces esto?
1. Los métodos para medir los grupos de investigación en el mundo y consecuentemente el impacto bibliométrico mundial de las instituciones a las que pertenecen, ya están inventados y precisamente no es el índice Scienticol.
2. La UN de Colombia y la U de A se han comido todo el presupuesto de investigación de la nación y no han permeado los indices bibliométricos mundiales. Por esto no estoy de acuerdo con su apreciación de que solo los doctorados deberían ser realizados en esas instituciones, puesto que publican mucho en sus revistas (catalogadas por el publindex de colciencias como A1 con el mismo valor y peso de las mundialmente escalafonadas), pero poco en las de mayor IF a nivel mundial.
3. Es necesario que Colciencias le pague a la ISI thomson o a Scimago, tal como lo hacen el FECYT de España o el CAPES de Brasil, para que les mida el impacto de sus universidades de investigación en el mundo. Nuestros grupos deberían ser medidos de esta manera.
4. No hago entonces cuentas alegres con estos resultados, puesto que muchos grupos y líderes de los mismos no han publicado en revistas con IF reconocidas a nivel mundial.
Finalmente, es necesario que tanto Colciencias como el govierno nacional deberían proponer un cambio en el 1279 para estimular a los docentes universitarios a que publiquen sus resultados en revistas de impacto mundial y no en un sistema clasificatorio interno (publindex) que iguala nuestras revistas con las de verdadero impacto mundial. Todo mundo (particularmente los grupos A1) publica en revistas nacionales A1 y dilapidan esos resultados de investigación `porque esas revistas únicamente las conocen aquí.
Cordial saludo,
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