domingo, 23 de agosto de 2009

Nuestra patria y sus vecinos

Por Jaime Alzate Palacio

La Patria, Manizales

Agosto 22 de 2009

Tenemos un grupo de naciones cuyos gobernantes, en lugar de darnos su ayuda generosa, sin pensar que la derrota al terrorismo va a ser su seguro de vida, se vienen con palmaditas en la espalda, pero sin ninguna ayuda efectiva.

Hemos venido viviendo en nuestro país una situación política interna, que tal vez nunca en su historia habíamos vislumbrado pudiéramos llegar a presenciar.

Se nos ha revuelto la vida en una forma aterradora, mezclándose entre sí muchas cosas buenas, otras menos buenas y otras definitivamente desastrosas.

Lógicamente, entre los hechos muy buenos, tenemos que reconocer el extraordinario esfuerzo del señor Presidente y su gobierno, para darles en la cabeza a las manadas de narcoasesinos que durante tantos años nos han azotado, obligando a que un país que tanto ha trabajado por formarse un futuro promisorio y en paz, haya tenido que dedicar gran parte de sus esfuerzos a salvarle la vida a miles de pobres compatriotas que, tratando de sobrevivir han defendido hasta la muerte sus pedazos de tierra en el campo, con los cuales difícilmente han logrado sacar adelante a sus hijos.


Mucho se ha logrado, y por eso ahora podemos ver con satisfacción que la retirada de los “jojoys” y sus compinches es cada día más visible, y que su derrota final la vamos a poder presenciar quienes ya llegamos mas allá de la tercera edad y a quienes hasta hace pocos años esto nos parecía un sueño irrealizable.


Pero, lamentablemente, en estos decisivos momentos de nuestra historia, y cuando el triunfo de la razón está al alcance de nuestras manos, nos encontramos con que parte del pequeño mundo que nos rodea, se ha venido llenando de malandrines, que contra todas las leyes de la lógica y la razón, en vez de darnos todo el apoyo para que terminemos de una vez por todas con esta pesadilla se han dedicado a atacarnos por todos los flancos haciendo cada día mas difícil que alcancemos ese futuro de tranquilidad que tanto anhelamos.

Pero casi es más lamentable sentir que además de los conocidos enemigos de la paz, tenemos también a un grupo de naciones cuyos gobernantes, en lugar de darnos su ayuda generosa, sin pensar que la derrota al terrorismo va a ser su seguro de vida, se vienen con palmaditas en la espalda, pero sin ninguna ayuda efectiva para descabezar a la medusa que cada día saca más sus tentáculos.


De las aguas mansas líbrame Señor, que de las bravas me libro yo. Nada hay que refleje más certeramente nuestra triste realidad al tener que presenciar las actitudes benévolas de algunos vecinos, que por físico miedo y sacando a relucir razones sin sentido, el único argumento que pregonan es que el actual conflicto es sólo de Colombia y que ellos se siente vacunados contra este flagelo.


Qué bueno fuera que oyeran las expresiones de México, que a pesar de tener una historia de narcotráfico y violencia única en el mundo, después de alcanzar una relativa tranquilidad, cometió el error de descuidarse, sin pensar que la bestia maligna renacería como el ave Fénix y arrasaría, como lo está haciendo, con todo lo que se le ponga en frente, hasta llegar a causar, como sucedió esta semana, más de 60 muertos en un solo día.


Que no se descuiden, pues, nuestros amigos, porque el enemigo es fuerte y tenebroso, y lo que nos ha tocado sufrir en nuestra patria, no están ellos muy lejos de sufrirlo, si no empuñan con decisión y coraje el sentimiento de solidaridad con Colombia, aun en contra de sus gobernantes que con su egolatría sólo están abonando las tierras de sus patrias para tragedias mayores.


P.D.: Suicidio: Lo único bueno que hizo en la vida, según la suegra del occiso.

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