USTR y TLC
Por Libardo Botero*
Blog Debate Nacional
Septiembre 20 de 2009
El 15 de septiembre venció el plazo fijado por el USTR (Representante Comercial de Estados Unidos) para recibir opiniones de la sociedad civil en torno al TLC firmado por ese país con Colombia. Se pedía sobre todo responder preguntas sobre los derechos laborales, la violencia contra los sindicalistas, y la impunidad en el juzgamiento de esos crímenes entre nosotros.
Gary Locke, Secretario de Comercio de EEUU, había expresado hace unas semanas que su gobierno mantiene “algunas preocupaciones sobre el tema de la violencia contra los sindicalistas, así que estamos desarrollando un plan de acción, quizás acuerdos adicionales que podrían ser incorporados y presentados ante los miembros del Congreso" para proceder a abrirle paso al trámite del TLC en el legislativo. El cuestionario mencionado arriba refleja el interés de tener algún soporte en materia laboral para proponer aquellos “acuerdos adicionales”, antes de darle curso a la ley en el Capitolio, satisfaciendo ciertos sectores sindicales y líderes demócratas reacios al acuerdo.
El ejercicio del USTR fue sumamente exitoso: recibió cerca de doscientos documentos de numerosos gremios económicos de los dos países, empresas, académicos, ONG de derechos humanos, sindicatos, ciudadanos comunes y corrientes. Me di a la tarea dispendiosa pero fructífera de mirar prácticamente todos los archivos colgados en la página web correspondiente (http://www.regulations.gov), y quedé gratamente sorprendido.
No faltan cinco o seis ONG y personas que repiten el trillado discurso contra el TLC, descalificando los logros del país en derechos humanos con las acostumbradas deformaciones de nuestra realidad, lo que seguramente les restará credibilidad ante sus destinatarios. Pero es sorprendente el plebiscito apabullante, como no podemos menos que calificarlo así, a favor del tratado, sustentado de manera muy seria en los logros del país en materia tan sensible como la mencionada. Abundan no pocos en las razones económicas que demuestran sus beneficios. Si el USTR se propuso buscar por ese medio apoyo para dilatar la agenda del TLC, el resultado obtenido ha sido el contrario. No le quedará fácil en adelante propiciar más entorpecimientos o proponer nuevas exigencias.
Un ciudadano norteamericano que fue Cuerpo de Paz en Colombia, verbigracia, destaca que el TLC proporciona los mecanismos para vigilar e incidir en la normatividad laboral y corregir los abusos en derechos humanos, reforzando la autoridad de la ley y las oportunidades de empleo. No acogerlo debilitará esas alternativas. Aprobarlo, en cambio, “demostrará a los colombianos nuestro respeto por sus esfuerzos y ayudará a estrechar más los lazos binacionales”, concluye.
Desde otro ángulo Daniel Mejía, profesor de economía de la Universidad de los Andes, efectúa un convincente análisis estadístico del fenómeno de la violencia antisindical, tomando como base las mismas cifras de los opositores al TLC, para probar sin atenuantes el descenso vertical de los crímenes contra los trabajadores organizados, y la tasa reducidísima de homicidios de sindicalistas frente a los demás sectores de la sociedad colombiana.
Las centrales obreras, tan acuciosas en estos menesteres, brillaron por su ausencia. Sin embargo un grupo importante de sindicatos, al cual tuve el honor de asesorar en la elaboración del documento que enviaron al USTR, no deja de reconocer los vacíos y abusos que subsisten en el país, pero se centra en los avances y solicita no darle más largas al asunto de la aprobación del TLC por el Congreso norteamericano. Indican cómo la OIT, que podría considerarse el árbitro por excelencia a escala mundial, no solo excluyó hace tres años a Colombia de la lista de consuetudinarios violadores de derechos laborales, sino que este año la incluyó en la lista de mayores progresos en este particular. Una comisión de expertos de ese organismo, lo mismo que el Comité de Normas, llegó a esa conclusión. EEUU no debiera ir en contravía de tan serio dictamen. “Colombia necesita apoyo para seguir por esta senda de progreso que tantos esfuerzos y sacrificios ha implicado, y no bloqueos o condenas por no haber logrado resolver todos sus problemas”, sentencian al final los sindicatos.
Ojalá el gobierno de Obama atienda este vigoroso clamor ciudadano expresado copiosamente ante el USTR.
* Economista e investigador.
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