Futuro, pero para todos

Editorial

El Heraldo, Barranquilla

Septiembre 18 de 2009

A los universitarios del país les llegó una muy buena noticia esta semana. Gracias a la inversión de $30 millones de dólares que un grupo de empresarios nacionales le hará al país, a través de Colfuturo, mil estudiantes podrán cursar sus maestrías o doctorados en el exterior desde el próximo año.

Luis Carlos Sarmiento, presidente de la junta directiva de Colfuturo, aseguró que con esta inyección económica la entidad podrá otorgar créditos-beca para jalonar las cifras de educación superior en el exterior. Con esta inversión, el promedio de estudiantes en el extranjero apoyados por Colfuturo pasaría a ser de mil por año. Esto representa una cifra muy superior al promedio de 120 que la entidad ha venido manejando desde sus inicios, en noviembre de 1991.

No dudamos que quienes deciden quedarse en el país para continuar su desarrollo educativo estén en igualdad de condiciones para desempeñarse idóneamente ante los retos que exige el país. Sin embargo, no debe dejarse de lado que aprender de países con mejores modelos de desarrollo que el nuestro, no solo aporta un profundo bagaje cultural sino que permite, además, comparar y saber el porqué de las fallas en las que continuamente incurrimos.

Los esfuerzos realizados en el país desde los años 90, por el Gobierno y el sector privado, buscan generar una mano de obra cada vez más capacitada y competitiva ante los retos de la economía actual. De allí, que es mucho lo que pierde el país cuando estos profesionales deciden continuar su vida en el extranjero, y dar todos sus frutos intelectuales en naciones como Estados Unidos. Por eso, Colfuturo los compromete a regresar para que todo el esfuerzo no termine en un cerebro fugado más.

Ante la situación que vive Colombia, no es de extrañar que muchos prefieran emigrar para labrar futuro en tierras más desarrolladas. No obstante, es justamente esa actitud de desprendiemiento con nuestra nación la que nos tiene sumidos en tanta incertidumbre. Muchas veces, quienes se van terminan haciendo parte fundamental del desarrollo de otras sociedades.

Como se sabe, Colfuturo es una entidad sin ánimo de lucro con un esquema de financiación mixto, que incentiva la preparación del talento colombiano en las universidades de gran posicionamiento mundial, así como el dominio de una segunda lengua, especialmente el inglés.

Históricamente, los egresados que han obtenido un mayor número de créditos y becas, el 50% según la misma entidad, han sido capitalinos o estudiantes de universidades bogotanas. Colfuturo también ha manifestado que esta situación está cambiando porque las instituciones públicas, como la Universidad Nacional, han aumentado su participación, y porque a través de programas como el Semillero de Talentos Regionales, ha habido una mayor participación de ciudadanos y universidades diferentes a las capitalinas.

Este año, por ejemplo, Colfuturo benefició a 854 profesionales. De este porcentaje, el 54% es de Bogotá, es decir, 460, sin contar 24 más de Cundinamarca. Mientras que sólo 45 de esos 854 seleccionados son de la Costa Caribe. Sin embargo, no todos egresaron de universidades costeñas porque más de la mitad de esos 45 estudió el pregrado en el interior. Para ilustrar mejor esta situación, en el caso de los beneficiarios

A simple vista, las cifras muestran que la alta concentración de las becas y créditos continúa en el interior del país. No solo los profesionales de origen, sino también los egresados de las universidades de la región central logran llevarse la mayoría de las ayudas.

Es sabido que el inglés es una de las principales limitantes, porque antes de postularse a Colfuturo, los profesionales deben tener la carta de aceptación de las universidades extranjeras en las que quieren estudiar. Colfuturo apoya, preferiblemente, instituciones angloparlantes.

Ante las buenas nuevas dadas a conocer, hay que insistir en la necesidad de darle cabida a criterios de equidad regional que no riñen con la calidad de los participantes que siempre busca Colfuturo. No creemos que en el centralismo de la inteligencia.

Si bien reconocemos que parte de los grandes rezagos de nuestra región yacen en la educación, especialmente en el manejo de una segunda lengua como el inglés, está demostrado que la inteligencia no es monopolio de ninguna región como a veces nos lo quieren hacer creer.