Hernán González Rodríguez
El Colombiano, Medellín
Septiembre 15 de 2009
El padre de Hugo Chávez era un humilde maestro de escuela, en Sabanetas, estado de Barinas. Cuando joven descolló como beisbolista. Eventualmente se enroló con el ejército y obtuvo un grado en Ciencias y Artes Militares, lo cual nos indica que su formación académica no es muy profunda. Admirador de Marx y de Simón Bolívar. De estas lecturas antagónicas provienen su odio profundo hacia la burguesía, los políticos y su objetivo mesiánico de revivir
La crisis económica que padeció Alemania después de
No creo que Hitler hubiera sido un gran orador como sostienen algunos. En mi opinión, sabía actuar para llegarles a las masas, para convencerlas y manipularlas. Porque cuando uno lee los discursos de Hitler desprovistos de la actuación teatral no pasan de ser ridículos. Chávez no pretende ser orador, pero sí sabe cómo manejar al pueblo ingenuo. Les cuenta chistes, les canta, los divierte con sus insultos... Aquí sucede lo mismo que en el caso de Hitler, cuando se leen sus extensas intervenciones con cabeza fría, no pasan de ser inapropiadas para un jefe de Estado digno de ello.
Hitler llegó al poder y poco a poco comenzó a apoderarse de todas las instituciones democráticas establecidas para preservar el equilibrio entre ellas. Terminó siendo un dictador absoluto. Al comienzo tuvo un gran éxito económico, construyó grandes obras públicas, revivió la industria y el empleo. El problema estribó que, entre tanto, se dedicó a preparar su aparato militar para la guerra.
Chávez también se ha apoderado de todas las instituciones. Ya figura como un dictador absoluto. La gran diferencia con Hitler radica en su fracaso económico, motivo por el cual ha elegido a los colombianos para reemplazar a los judíos de Hitler como los culpables de todo. Cualquier pretexto, independiente de quien nos gobierne, le puede servir para declararos la guerra. Hitler actuaba como un aristócrata, con modales refinados. Chávez no pasa de ser una persona ordinaria y resentida.
La megalomanía, esto es, los delirios de grandeza, figura entre las similitudes que más atemorizan. Los arrebatos de ira incontrolados sugieren desórdenes mentales en ambos. El armamentismo, la dictadura chavista, la cacareada reintegración de
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